ENEE, BARRIL SIN FONDO DE LA ECONOMÍA

 

La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) sigue dando lecciones magistrales en cómo convertir lo que ya parecía insostenible en algo aún peor.

Las pérdidas energéticas, en lugar de bajar, han subido del 33 % al 37 %. Según el experto en temas eléctricos, Kevin Rodríguez, la ENEE prometió que reduciría las pérdidas en 8 puntos porcentuales, solo para incrementarlas un 2 % en su primer año.

Y por si fuera poco, en su segundo año, cuando la promesa era bajar las pérdidas en 4 puntos, la empresa, en su infinito talento para la contradicción, cerró el año con el mismo 37 %.

Ahora, la ENEE, con su constante agujero financiero, se enfrenta a un déficit que suma la módica suma de 14 mil millones de lempiras. Para cubrir este huequito, el gobierno ya está en modo “cazafortunas”, planeando colocar más de 9 mil millones de lempiras en el mercado nacional y emitir 800 millones de dólares en bonos soberanos internacionales. Eso sí, gran parte de estos fondos irán a tapar, o mejor dicho, a maquillar, el creciente déficit de la empresa.

Y claro, el impacto económico no se limita a las finanzas de la ENEE. Como advierte Kevin Rodríguez, por cada lempira que se destina a tapar el barril sin fondo energético, se sacrifica un lempira que podría haber sido invertido en hospitales o escuelas.

Para ponerle la cereza al pastel, resulta que, de un presupuesto de 2 mil millones de lempiras destinados a reducir las pérdidas, el 82 % se va a pagar sueldos y salarios, nada mejor para reducir pérdidas que contratar más personal para ver cómo se multiplican.

La ENEE ha decidido seguir su curso épico como el “agujero negro” de la economía hondureña. Quién sabe, quizás pronto logremos un nuevo récord: pérdidas energéticas por encima del 40 %, y entonces, sí, podremos decir que hemos alcanzado la “perfección” del desastre.

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