ELÍAS, EL HÉROE DE LA CARRETERA

Siempre es buen momento para agradecer los gestos de valentía, tan escasos en un país como Honduras, donde lo turbio acapara la atención mediática. Pero una cosa es eso y otra muy distinta es aprovecharse de la coyuntura para levantar perfil, como pretendió Luis Redondo al alabar cínicamente la acción de Elías Valladares, el ciudadano que puso en riesgo su vida en la carretera, atravesando su rastra delante de un bus que iba descolgado sin breques con 60 pasajeros adentro.

“Que bendición para los pasajeros del bus, sin duda Dios con su mano guio a Don Elías” escribió el gato del comandante en X, subiéndose a la ola de felicitaciones dadas al rastrero, que con su heroica acción demostró a Honduras y al mundo que cuando se quiere se puede estar del lado correcto de la historia sin esperar ninguna retribución a cambio, como seguramente haría, si tuviera el chance, Redondo y todos los que le siguen la cuerda.

Como el jefe de bancada del PSH, Carlos Umaña, que tampoco demoró en apostarle al caballo ganador, sabiendo que alabar la heroica maniobra de don Elías quedaría bien parado ante el ojo público, solicitando “respetuosamente” en sus redes sociales al Congreso “un reconocimiento a este ciudadano, que arriesgando su propia vida salvó a más de 60 personas”.

Y así como ellos dos, muchos otros más, a los que mejor ni mencionar, porque lo hecho por don Elías es lo que debe destacar, y las oportunas imágenes grabadas en video por un anónimo dan fe de ello. Todo ocurrió, como decíamos, en la carretera CA-4, exactamente a la altura de El Portillo, Ocotepeque. Ahí se ve al bus, desconectado cuesta abajo, transportando a migrantes en su mayoría, siendo auxiliado por la rastra de don Elías, que por supuesto no sabía que lo estaban grabando.

Afortunadamente, gracias a su valentía y heroísmo, identificó de volada el peligro y no dudó en rebasar en plena curva para colocar su cabezal delante del bus y así poder detenerlo, sin importar los daños que pudiera sufrir su propio vehículo y sin importarle, además, poner en riesgo su vida, pues antepuso el bien común aún a expensas de lo que le pudiera pasar.

Por fortuna, la maniobra le salió cachimbona y hoy por hoy, Honduras y el mundo resaltan su acción como ejemplo, pese a la adversidad, pese al peligro y pese a los buitres que ahora quieren robarle un protagonismo que está fuera de toda duda. Ojalá hubiera más como él y menos carroñeros.

 

 

 

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