EL SALVAVIDAS DE LA ECONOMÍA HONDUREÑA

Honduras, la tierra donde los sueños se forjan en el extranjero y el sudor de los catrachos en el exilio se convierte en billetes verdes, sigue viendo cómo su economía sobrevive gracias a sus hijos pródigos que, desde tierras lejanas, envían el ansiado “salvavidas”.

El Banco Central de Honduras (BCH) anunció con orgullo que, entre enero y agosto de 2024, el país recibió unos modestos 6,354.8 millones de dólares en remesas, un incremento del 3.9 % en comparación con el año pasado. Un pequeño recordatorio de que, aunque muchos emigran, sus billeteras no lo hacen.

El 91.1 % de ese jugoso botín vino de los Estados Unidos, el eterno proveedor de sueños y remesas, mientras que un puñado de euros y pesos cruzó el Atlántico desde España y México. Por supuesto, nuestros catrachos repartidos por Alemania, Canadá y Guatemala también contribuyeron con su granito de arena, porque no todos pueden vivir el “sueño americano”.

Ahora bien, ¿quién recibe este dinero? La abnegada mamá, por supuesto. Con un imponente 37.1 %, las madres hondureñas lideran la lista de beneficiarios, seguidas de cerca por los hermanos (17.5 %), los padres (12.1 %) y, por supuesto, los hijos, que apenas se llevan un 11.3 %. Los cónyuges, aquellos que según las telenovelas deberían estar al frente, reciben solo un humilde 5,3%. No hay lugar para el amor cuando el dinero va donde realmente se necesita.

Y un punto relevante es ¿qué hacen los afortunados receptores con esta pequeña fortuna? Pues lo de siempre: pagar la comida, cubrir los gastos médicos y asegurar que los niños vayan a la escuela, porque tampoco es que da para ahorrar. No, el 84.6 % de las remesas llega a través de empresas remesadoras, y el ciclo de sobrevivencia continua, fiel al guion de la economía catracha.

Para los nostálgicos, el BCH también nos deja saber que, al menos una vez al año, un 30.5% de los hondureños en el extranjero envía un “extra” para esos eventos especiales: construcciones, gastos médicos, e incluso servicios fúnebres.

En resumen, las remesas no solo representan alrededor del 25% del PIB, sino que son el verdadero sostén de la economía nacional. Así que mientras nuestros dirigentes hacen malabares con discursos y promesas, la verdad es que los catrachos en el extranjero son quienes realmente mantienen a flote la nave llamada Honduras. Con un prometedor 2024, el Banco Central prevé remesas por 9.518 millones de dólares, y para 2025 la cifra podría alcanzar los 9.804 millones. En otras palabras, sigan sudando allá afuera, que aquí los esperamos con los brazos abiertos… y la billetera vacía.

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