EL POLLO HA PUESTO EL PECHO

Más allá de sus payasadas, que son bastantes, hay que reconocerle al Pollo Contreras lo que no se le puede reconocer a otros, sobre todo a los que gobiernan desde sus cómodos despachos en la capirucha; y es que cuando le ha tocado meter el pecho, o la pechuga, para salvaguardar la integridad de San Peter durante las inundaciones, lo ha hecho sin contemplaciones, y eso la gente lo nota.

Porque puede gustar más o gustar menos, pero desde la primera gota que derramó Sara, y luego durante las nuevas tormentas de esta semana, no ha habido rincón de la ciudad donde el hombre no haya llegado a dar la cara, o el pico, cacareando quizás en demasía su trabajo, pero trabajo honesto, al fin y al cabo, aunque les dé roncha a sus detractores, como les recuerda a cada rato.

Desde Jucutuma hasta la Juan Lindo, pasando por El Zapotal y hasta llegar a la 33 Calle, todos ellos rincones conflictivos cada vez que arrecian las lluvias y a donde la maquinaria municipal, mandada ahí por él, mete la doble y arrima el hombro, como Dios manda y para dolor de muchos que ven su reflejo con envidia, pues pese a contar con más recursos han sido incapaces de hacer una mínima parte de lo que él ha hecho.

Y mientras tanto, los municipales mantienen operativos en las zonas más yucas, mientras los equipos de respuesta recogen todo lo arrastrado por el agua para garantizar que los “jampedranos” al menos atenúen su sufrimiento de estos días. Y todo ello dirigido por el Pollo desde un tractor, o desde una volqueta, o desde donde sea; cosa que ya le gustaría, por ejemplo, a Xiomi, que tras dos semanas de emergencia sigue sin salir a enlodarse la botas.

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