DELE CON DISCURSO RECICLADO LA PRESIDENTA
En una ceremonia marcada por condecoraciones, distinciones y ascensos en el marco del 199 aniversario del Ejército hondureño, la presidenta Xiomara Castro subió al estrado para deleitar a los presentes con un discurso que, como ya es costumbre, resonó más como un remix de su ” grandes éxitos” que como algo novedoso.
Ya sabemos que en sus lineas no pueden faltar las culpas a la maldita narcodictadura “los cómplices de la narco-dictadura, que guardaron silencio ante la depredación y las ilegales concesiones, el tráfico de drogas, el saqueo, quieren utilizar las banderas de las luchas populares para evitar la construcción del Centro de Reclusión de Emergencias”, remarcó.
En su intervención, la mandataria destacó los esfuerzos de las Fuerzas Armadas para proteger el territorio hondureño, especialmente en La Mosquitia. ¿La novedad? Ninguna.
Pero, eso sí, aprovechó para coronar a su inseparable compañera Rixi Moncada con una banda especial que, según las malas lenguas, se asemejaba peligrosamente a la banda presidencial. ¿Ensayando para el futuro? Los rumores vuelan. Entre el público ya se escuchaban murmullos: “Ellas juran”.
Como si fuera poco, Castro reafirmó su apoyo al polémico Centro de Reclusión de Emergencia (CRE), un proyecto aprobado por el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS). Según la presidenta, este es un paso más para “garantizar la paz” que tanto anhela el pueblo hondureño, aunque la misma ciudadanía parece más preocupada por los precios del mercado que por los discursos del poder.
En otro giro inesperado —o no tanto—, Castro agradeció al presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, por su apoyo. Un detalle que no pasó desapercibido para nadie: la presidenta habló de la reducción de homicidios en su gestión, una afirmación que, como siempre, fue recibida con una mezcla de escepticismo y sarcasmo en redes sociales.
Para cerrar con broche de oro, envió un mensaje a los diputados: “Aprueben la Ley de Justicia Tributaria”. Y aunque su tono sonó firme, los analistas ya se preguntan si alguien escucho eso de prohibido olvidar que somos resistencia.
Entre condecoraciones, discursos reciclados y el simbolismo de la banda, quedó claro que, si algo caracteriza a este gobierno, es su capacidad para convertir lo cotidiano en una novela de intrigas políticas. ¿Y el pueblo? Bueno, como siempre, desayunando, almorzando y cenando discursos de la refundación. Ahh pero hay una frase que no es tan vieja apenas lleva unas cuantas repeticiones y ahora la presi la pronuncia con una sonrisa de oreja a oreja “aunque les duela, no somos iguales, somos diferentes”.
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