EL CANCILLER DEFIENDE LO INDEFENDIBLE

Nunca se había visto al canciller Enrique Reina actuar con la rapidez de estos días, o de estas horas, porque ni una vuelta ha dado el sol y él, siguiendo a rajatabla las órdenes de sus amos en Presidencial, ya le dio de baja a la extradición y hasta se dio tiempo para montar una rueda de prensa y presentarse en un foro de televisión a defender lo indefendible.

Justificó Reina en Frente a Frente que lo de dar la estocada a la extradición obedeció a la necesidad de evitar un mal mayor, pues el hecho de que la embajadora Dogu haya ligado al ministro Zelaya y al general Roosevelt con el “narcotraficante” venezolano, Vladimir Padrino, no es más que el primer paso para una arremetida posterior.

“De ahí, el paso de acusarlos para tal vez buscar extraditarlos es un paso que se puede dar fácilmente”, le dijo a Renato, aludiendo a las declaraciones de la embajadora, quien según él estaría alineada con “fuerzas internas que siempre están tratando de desestabilizar”, por lo que lo que han hecho nada más es evitar que se den “extradiciones políticas”.

Dijo además Reina, con el increíble mérito de no haberse reído, que “mucho de lo que ocurre del ataque que recibe el general Roosevelt, va ligado a sus posicionamientos tan claros en defensa de la democracia”, refiriéndose a la vez que el jefe del Estado Mayor Conjunto, en un acto público, se raspó el pecho ante sus patrones de Casa Presidencial, jurando ante ellos “defender la democracia” para evitar que se reedite lo del golpe en 2009.

Por tal razón, dijo, la barrabasada de suprimir la única herramienta eficaz en la lucha contra los malandros, “no se hizo para proteger narcos, se hizo para proteger a las Fuerzas Armadas, proteger la institucionalidad”. Declaraciones que deberían formar parte del libro de los récords Guinness.

Y es que, según el canciller, ahora “vemos un comportamiento similar” por parte de esas dizque fuerzas oscuras que operan desde las sombras, y que lo que realmente buscan eliminando la extradición es evitar “lo que hicieron en el golpe al presidente Zelaya”, quien acabó empijamado en Costa Rica por andar de provocador, tirándoselas de listo con lo de la cuarta urna, un detallito que el canciller, por supuesto, obvió con descaro.

 

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