DOGU YA NO QUIERE LÍOS
Volvió a hablar en público la embajadora gringa, Laura Dogu, tras el vendaval que provocó la última vez cuando se refirió a la reunión del jefe del Ejército catracho, Roosevelt Hernández, y el exministro de Defensa, José Manuel Zelaya, con el narcotorturador Vladimir Padrino en Venezuela, lo que provocó la exagerada reacción del gobierno refundidor, que decidió mandar a la chingada el tratado de extradición con los gringos, casualmente un par de días antes de que se destapara lo del video de la narco reunión de Carlón en 2023.
Habló, sin embargo, huyéndole a cualquier posibilidad de armar líos, por remota que fuera, consciente de que lo que desencadenó la última vez no resultó ser cosa menor. “No tengo ninguna reacción”, respondió escuetamente a los periodistas que le preguntaron por el dichoso video del cuñado de la presidenta.
Todo ocurrió en La Ceiba, donde anduvo ella en un evento de USAID, mediante el que van a construir allá unos mercados para enchambar gente, “porque como he dicho varias veces, estamos enfocados en la prosperidad de Honduras”; de tal modo que, si le quieren sacar palabra, tendrán que cucharearla mejor.
De lo que sí habló fue de sus expectativas de cara a las votaciones del 2025, donde Rixi Ramona Moncada, la consentida del oficialismo, será juez y parte, pues además de precandidata también será ministra de Defensa, a sabiendas de que es el Ejército el garante de cuidar las urnas donde irán sus votos, pero también los de sus contrincantes
“Estamos trabajando muy de cerca con las instituciones electorales”, dijo, explicando que los programas de USAID están apoyando a las organizaciones involucradas y “trabajando muy duro” para que el día programado todo fluya sin cagadales que lamentar ni fraudes que señalar. Pero ya veremos, dijo un ciego.
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