DISCURSO DE RENCOR Y RESENTIMIENTO

A lágrima viva y moco tendido dio su discurso la comandanta Xiomara Castro allá en El Paraíso, donde llegó a reconocer la responsabilidad internacional del Estado catracho por los mentados “mártires de la resistencia”, que parecen ser los únicos merecedores de justicia verdadera por parte del gobierno refundidor que ella encabeza.

Se le pasó por alto recordar a las decenas que catrachos que también caen a diario, víctimas de una violencia desbocada que se ha envalentonado justamente desde que agarró ella la guayaba, pues la ineficiencia de su lacayo Gustavo Sánchez en Seguridad les ha dado alas para volar con impunidad, sabiendo que el castigo probablemente nunca les va a llegar.

Pero bueno, el caso es que en el evento lo primero que hizo la presi fue recordar a “los hijos del golpe, que se involucraron, salieron y lucharon a nuestro lado en el tortuoso camino por el regreso del expresidente Manuel Zelaya Rosales”, aludiendo a la pijamada que acabó con su marido en Costa Rica 15 años atrás, y que a día de hoy sigue llenando las páginas de sus discursos, como si no hubiera más temas en agenda.

Discursos que lee ella “de pe a pa”, poniendo el freno respectivo en cada punto y cada coma, como para no perderse. Quizás por eso hasta lazarillo le mandaron, porque no pasó desaparecido el chepo que se mantuvo firme a su lado, retirándole del atril cada página leída, como dando a entender el rol del Ejército en los tiempos que corren.

Y como la buena zurda que es, ordenó la comandanta erigir de volada un monumento que sirva, según ella, para honrar a sus correligionarios caídos y conmemorar así su “sacrificio y hecho heroico”, pero que también servirá para señalar a “los enemigos del pueblo” evitar que a la refundición la vuelvan a agarrar con los calzones abajo, como en 2009.

Y es que, más allá de lo ornamental, también se dio ella tiempo para lanzar sus par de buenos punzazos, avisando a sus enemigos que “el pueblo no acepta la reconciliación”, y que no hay tales de amor y paz porque lo suyo es la guerra, ya que lo que dizque le pide el pueblo es “justicia”, y más vale que sus contrarios no se hagan ilusiones, porque en su gobierno no encontrarán “ni olvido ni perdón”.

Palabras que fueron atendidas con devoción no solo por la concurrencia, sino también por sus perritos falderos Luis Redondo y Enrique Reina, quienes se trasladaron hasta el oriente para aplaudir como pueblerinos cuando ven aterrizar el avión, embobados por el discurso ombliguista de su ama.

Discurso atendido también desde la distancia por el fiscal refundidor, Johel Zelaya, a quien mandó ella ponerse las pilas e investigar todo aquello que haya bregado en contra de los intereses del castrozelayismo y prometiendo indemnizar con su buen billetillo a los familiares de sus mártires, porque ya se sabe que pisto no hay, excepto para según qué cosas.

Share via
Copy link