DÍA DE LA MUJER: DISCURSOS, PROMESAS Y EL ETERNO “YA BASTA”
En el marco del Día de la Mujer Hondureña, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rebeca Ráquel Obando, ha levantado la voz con un resonante “basta ya” , como si las palabras mágicas fueran a detener de inmediato la ola criminal que afecta a las mujeres en el país.
Desde que las mujeres hondureñas obtuvieron el derecho al voto hace siete décadas, mucho ha cambiado… bueno, excepto los índices de violencia, la impunidad y el habitual desfile de discursos solemnes en fechas conmemorativas.
“Estamos lejos de erradicar este mal”, admitió Obando, reconociendo lo evidente, mientras prometía desde el Poder Judicial que “no están solas”. Una declaración conmovedora, especialmente para quienes sienten que las instituciones a menudo están más ocupadas en redactar discursos que en impartir justicia.
El “basta ya” que nadie escucha
La jefa de la CSJ afirmó que es hora de “investigar a fondo” y “buscar justicia con firmeza”. Claro, porque hasta ahora parece que el manual de procedimientos del sistema judicial venía con páginas en blanco. Obando también señaló que la impunidad, la falta de educación y los patrones culturales son los grandes responsables de perpetuar la violencia. Y aunque no se mencionan nombres, parece que esos “patrones culturales” tienen oficina fija en muchas instituciones.
Un clamor integral… o un déjà vu anual. La presidenta exigió un trabajo integral de todos los sectores. Tal vez esa sea la clave: todos juntos, al mismo tiempo, y con la misma intensidad. Porque, evidentemente, los esfuerzos actuales solo logran un impacto digno de aplausos… en foros internacionales.
¿Inspiración o resignación?
“Su valentía nos inspira”, dijo Obando, asegurando que un día viviremos en un país sin miedo ni dolor. Mientras tanto, las hondureñas enfrentan una realidad en la que la justicia avanza más lento que el tráfico en hora pico.
Hoy se celebra el Día de la Mujer Hondureña. Y mañana, probablemente, sigamos con las mismas cifras, los mismos discursos y el mismo “basta ya” que no llega a ninguna parte.