DEUDA PÚBLICA SE DISPARA COMO UN COHETE
Avisados están y aun así se las pescocea; la deuda pública de la raquítica y refundida Honduras va a seguir disparándose como un cohete este año, si los eruditos en materia macroeconómica del gobierno refundidor no hacen algo al respecto, como parece que será el caso.
Y no es cuestión de andar alarmando a lo bruto, sino el resultado de las proyecciones de los que le entienden al tema, como Mauricio Díaz Burdett, el del FOSDEH, quien hasta se atrevió a pronosticar de cuánto será el sablazo, que andaría en más o menos 3 mil millones de billetes verdes; o sea, 79 mil millones de lempiras.
También es cierto que el aumento viene siguiendo un patrón alcista desde hace años, incluso antes de que el gobierno agarrara la guayaba en enero del 2022; la diferencia en todo caso es que con las políticas actuales el crecimiento de esa deuda como que va con el turbo puesto y no hay quien la detenga.
Asegura Burdett que eso se debe, en buena medida, a que la cantidad de enchambados en el gobierno actual ha sobrepasado todos los límites habidos y por haber, por lo que gran parte del pisto se va al pago de planillas, que no son precisamente de dos o tres pesos, sino de millones y millones.
“Para 2025 se estima que se adquirirá nueva deuda por un monto aproximado de 79,000 millones de lempiras, equivalentes a unos 3,000 millones de dólares. Nos seguimos endeudando en nombre de la pobreza y los índices de pobreza no mejoran”, cuestionó el hombre, y con sobrada razón.
Explicó además Burdett que lo que se recauda en impuestos y todas esas vainas ya no ajusta ni para los chicles, y es eso lo que obliga a contratar más deuda pública cada año. Y es que a lo del gasto corriente, que incluye no solo el sueldo de los burócratas, también se le suman los viáticos que estos cobran sin perdonar un solo cinco, más el hecho de tener que darle mantenimiento a las instalaciones y toda una serie de gastos administrativos que solo ellos entienden.