DESEMPLEO ENEMIGO DE HONDURAS
Resulta extraño que a nadie en Honduras se le haya ocurrido aún confeccionar un monigote que represente el desempleo, con sus garras y colmillos, pues un año más se convirtió en el principal enemigo de los catrachos.
Las cifras engrifan el pellejo a cualquiera, con más o menos dos millones y medio de “deschambados”, pero aun así es la pasividad del gobierno refundacional lo que hace que la gente se caiga de espaldas, ya que no se ve por ningún lado que se intente detener acertadamente la hemorragia.
En pueblos breves como Honduras, un problema como ese, sin duda, es una sentencia de muerte que antes de su consumación va regando pistas por el camino con cada negocio que cierra y con cada disparate emanado desde el Ejecutivo para disimularlo.
Disparates que lo único que parecen lograr es engrosar las filas de la informalidad, pues encuentra la catrachada en esa modalidad de empleo una bolsita de oxígeno para solventar, aunque sea por un tiempo, su asfixiante situación.
Y los augurios, como en tantos y tantos otros temas, no invitan al optimismo, pues mientras el cerebro siga ordenando lo mismo, las neuronas ejecutarán a rajatabla la información sensorial que reciben, ya que tampoco parece haber espacio para las sugerencias y, mucho menos, para las críticas.