DEFIENDEN LO INDEFENDIBLE
Bien dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver, triste papel o se creen sus propias mentiras, pero para el magistrado de lo Civil, Milton Jiménez y su homólogo de lo Penal, Mario Díaz, en el Supremo Tribunal, no pasa nada, ahí según ellos todo es santa paz.
Paja hombre, lo que pasa es que no encuentran cómo defender lo indefendible y no echarle tierra a su gran jefa que se paseó en la leche que ya estaba derramada, Ráquel Obando, faltando a su dis, que honorable palabra, que ha quedado por los suelos.
Según los dos compinches de la presidenta todos los magistrados van a rotar en algún momento, y “en la Corte no hay autogolpe, las salas siguen constituidas”.
Díaz, arguyó que las rotaciones en las diferentes salas de la CSJ se ejecutan en apego estricto a lo preceptuado en el artículo 315 de la Constitución dispone que la Corte Suprema cumplirá sus funciones constitucionales y legales bajo la presidencia de uno de sus magistrados, quien ejerce la representación del Poder Judicial y durará en sus funciones por un periodo de siete años.
Miltón, defendió que no se está violando el derecho de nadie, no se está rompiendo la armonía, ni el orden interno del Poder Judicial.
Mientras todo es una revolución y la señora de la Corte, ha movido la opinión de todos los leguleyos, unos pocos a favor y la mayoría en contra, el que paga los platos rotos es el pobre país, porque Honduras sigue siendo vista ante la comunidad internacional, como un pueblito de salvajes donde no hay ley que valga.