CRUDA REALIDAD, AUNQUE NO GUSTE A CARLA PAREDES

Mientras la ministra Carla Paredes se va de viaje nuclear a Austria y cacarea desde allá en los medios catrachos los imaginarios avances en el sistema de salud desde que agarró ella la guayaba, la realidad le sigue salpicando la jeta día tras día, como se evidenció con las enfermeras del hospital Leonardo Martínez, en San Peter.

Y es que dos de ellas, hartas ya de la precariedad con que la Sesal las mantiene sometidas, decidieron mejor ponerse manos a la obra y comenzar a barrer las salas del hospital, ya que los administradores que Carla mantiene enchambados ahí ni siquiera se han molestado en contratar personal de limpieza para resolver el tema.

La penosa escena, grabada en video, circula ya en las redes, desbaratando así el discurso vende humo de la ministra, que hasta perdió los estribos llamando “imbéciles” a quienes critican su gestión, molesta porque le destaparon que, en el Hospital Escuela, en la capirucha, no hay medicinas ni algodón para los pacientes.

Esa es precisamente la parte mala de ser un jetón, o en su caso, jetona, porque a la mínima oportunidad siempre sale alguien con una prueba irrefutable que te pone contra la pared, como ha sido el caso con ella, que sin embargo esta vez no se ha atrevido a salir a insultar a nadie, quizás porque sabe que cualquier cosa que diga sería más bien un insulto para las enfermeras barrenderas.

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