CRECIMIENTO ECONÓMICO ES UN ESPEJISMO

El jefe de Investigaciones del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), Mario Palma, ha lanzado una advertencia que seguramente no agradan a los cimientos del optimismo gubernamental: los sectores agrícola y textil, esos que supuestamente deberían estar floreciendo, en realidad se están marchitando. Y mientras el PIB nacional se pavonea con cifras entre el 3.9% y el 4.5%, estos sectores parecen haber recibido una invitación exclusiva al club del decrecimiento.

Palma, con una paciencia digna de un profesor explicando matemáticas básicas, indicó que la culpa no es de Marte ni de Mercurio retrógrado ni de la acostumbrada narcodictadura, sino de la baja demanda externa, en especial la de Estados Unidos. Claro, cuando más de la mitad de nuestras exportaciones dependen de un solo cliente, cualquier resfriado en el norte nos deja en cama con fiebre.

Por si fuera poco, en el sector agrícola escasea la mano de obra, como si los hondureños hubieran decidido de repente dedicarse al turismo espacial en lugar de trabajar en la producción de café. Y no olvidemos las invasiones de tierras, que dan un nuevo significado al concepto de “reforma agraria espontánea”.

Pero no todo está perdido. Palma tiene la solución: que el gobierno haga algo, que el sector empresarial haga algo y que los sindicatos hagan algo. En otras palabras, que alguien haga algo antes de que la migración irregular se convierta en el principal plan de carrera de los hondureños. Porque, con 2.3 millones de personas enfrentando problemas de empleo, entre subocupación, desaliento y otros malabares, quizá el próximo gran rubro de exportación de Honduras sean los trabajadores desesperados.

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