CON LA HUELGA PIERDEN TODOS

Los huelguistas se volaron ya doce largos días plantados afuera de las instalaciones de la Cervecería Hondureña en San Peter, sin dar indicios de querer ceder un ápice en sus exigencias, que no son pocas, y provocando con ello no solo el desabastecimiento de productos en muchos comercios, sino además pérdidas millonarias tanto para la propia empresa como para la economía de un país que definitivamente no está para esos lujos.

Una situación que se vuelve especialmente crítica por estas fechas navideñas, en que la cocacolita no suele faltar en la sobremesa de las familias catrachas, pero también por la cantidad de chambas que están ya pendiendo de un hilo por la intransigencia de algunos personajes que no abonan nada positivo para resolver el pleito.

Personajes envalentonados por el bochornoso respaldo de algunos gatos del aparato estatal, como el impresentable diputado Juan Barahona, que con su dilatada experiencia de haber mamado la teta del Estado desde que tiene uso de razón, les llegó hasta ahí para robar cámara y sacar beneficio político a costa de la incertidumbre de muchos huelguistas.

Pero es una situación especialmente crítica también porque ciertamente llegó en el peor momento posible, cuando cientos sino miles de catrachos debieron quedarse a dos velas y sin chamba tras el cierre de operaciones en cadena de varias maquilas en ciudades aledañas como Choloma y Villanueva, donde la vaina tampoco pinta nada bien.

Exigen los huelguistas el respeto a sus derechos laborales y la firma de un contrato colectivo, pero exige también la Cervecería un poco de sosiego y razonamiento en esas exigencias, que entiende como desmedidas y de plano no contribuyen a una resolución pacífica del conflicto, que sigue dejando cuantiosos daños colaterales a su paso y amenazan con una Navidad dura para todos, tanto huelguistas como empresarios y consumidores.

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