COMO UNA HEROÍNA RECIBEN A BEATRIZ EN EL CONGRESO
Le llovieron los abrazos y los picos en la mejilla a Beatriz Valle durante su rimbombante regreso al hemiciclo legislativo, donde fue recibida como toda una heroína no solo por sus ahora camaradas colorados, sino también los algunos azulejos e incluso algún excolega refundidor.
Tutelada en todo momento por su Cicerone Jorge Cálix, la exembajadora en Canadá reclamó el curul que por ley le pertenece, no sin antes dejarse apapachar por los azulejos Tomás Zambrano y Toño Rivera, o por el refundidor Samuel Madrid, entre otros.
Lo hizo, eso sí, ya embestida como colorada, pues horas antes el tatascán de los cheles, Yani Benjamín, le tomó juramento en la cueva liberal, donde dio ella patada y mordida, pues de volada se integró en las filas del bando de los calixtos, desde donde está dará ahora su batalla, según dijo.
Suma así el liberalismo, y la oposición en general, un valioso activo, pues nadie desconoce la beligerancia de una diputada que, por si fuera poco, llega con las pilas del resentimiento bien cargadas tras su abrupta ruptura con la refundición a la que ahora desprecia.
Y una vez reclamada su silla, nada más habrá que darle tiempo al tiempo para que comience sus tiraderas. O no, pues parece que también llegó indispuesta para perder tiempo, señalando al “ilegal” Luis Redondo como el culpable de que no llegue la CICIH. Vaya carta de presentación.
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