CICIH, UNA BROMA DE MAL GUSTO
Tanto ha estado yendo el cántaro al agua, que al final acabará pegando el porrazo. A las voces críticas contra el cinismo demostrado por la refundación para no traer la CICIH se sumó ahora la de Ana María Calderón, exvocera de la MACCIH, que algo sabe del asunto. “La ONU ha puesto toda la voluntad para generar un diálogo con el gobierno”, dijo, pero “no existe la misma reciprocidad por parte del Legislativo y por parte del Ejecutivo”, sentenció.
En otras palabras, que se dejen de pajas los refundidores, porque teniendo ellos la sartén por el mango, si la CICIH no ha llegado es simplemente porque no han querido, o porque no les conviene, ya que, así como se pasaron por el forro las leyes para imponer a Redondo en el Congreso y para imponer todo lo que han querido, bien pudieran hacer lo mismo para allanar el camino a la misión de la ONU.
Pero bueno, recordó ella que la instalación de una misión anticorrupción requiere de mucho diálogo político y especialmente “la coincidencia de voluntades”, y en ese sentido el títere de la refundación, Luis Redondo, es un escollo idóneo para frenar toda intentona, pues ha demostrado el hombre una asombrosa capacidad para echarse de enemigo a medio mundo.
Y es que, para la exvocera, por mucho que la refundación venda la idea contraria, “todavía persiste un ambiente de impunidad” que frena en seco toda aspiración anticorrupción en un país donde el flagelo está ya institucionalizado a tal punto que roza el descaro