CICIH: NO VIENE NO NOS ENGAÑEN MÁS
En un discurso cargado de ironía, Castellanos describió al gobierno actual como un grupo de genios creativos cuya especialidad es victimizarse desde “la comodidad de un escritorio prestado”, mientras dictan sentencias contra la democracia y el Estado de derecho.
Según la directora, este gobierno, con su “petulancia y falsa dignidad”, ha logrado la proeza de denunciar el tratado de extradición con los gringos, pero no se mueve ni un dedo ante las acusaciones de vínculos con narcotraficantes entre sus allegados.
El Congreso de las maravillas
No podía faltar el reconocimiento al Congreso Nacional, ese recinto donde, según Castellanos, se premia a los corruptos con amnistías políticas y se deja en el olvido la derogación de la inmunidad parlamentaria. “Es el mercado donde las conciencias se transan al mejor postor”, declaró, dejando claro que las prioridades legislativas incluyen todo, menos herramientas efectivas como la Ley de Colaboración Eficaz.
Castellanos no se detuvo ahí. Señaló que, para la clase política hondureña, las necesidades del pueblo son como adornos navideños: útiles solo en temporada electoral. “Para ellos, un ciudadano no representa dignidad, sino un voto más. ¿Y la justicia? Esa se queda sepultada en las promesas eternas”, agregó con sarcasmo.
Extensiones de memorándums y sueños rotos
El clímax de su pronunciamiento fue el anuncio implícito de que la CICIH es como una telenovela con demasiados capítulos de relleno. Ya nos cansamos de extensiones del memorándum y de excusas sin fundamento. La verdad es que la CICIH no viene. Así de sencillo. Pero sigamos soñando, porque en Honduras las narrativas hipócritas son el combustible que mueve el país.