CANTAN LAS VERDADES A LIBRE
Bien dicen que para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo. Y tuvo que ser una de las suyas la que salió recientemente a cantarle las verdades a los refundidores de Libre, porque dice ella que “ser militante de un partido no me hace borrega”. Así que, al que no le guste, le receta ajo y agua, que equivale a “a joderse y aguantarse”.
Su nombre es Lilian y es profesora en Atlántida, desde donde soltó toda su indignación en un video que no dejó títere con cabeza, porque jura que pese a pertenecer al movimiento refundador “no sigo líneas que no me parecen correctas”; así que, aunque duela a sus correligionarios, para ella lo que antes era malo sigue siendo malo ahora.
No tiene complejos, además, para declararse “calixta”, no porque Jorge Cálix sea bueno, sino porque es “el menos malo”, así que, para despejar dudas: “Entre Rixi y Jorge, voy con Jorge”. Y es que para ella no hay nada en el “rixismo” que la anime a darles su apoyo, porque parecen cortados con la misma tijera que cortan a los cachurecos. Y prueba de ello es el enchufismo que tiene ahora a la hija de la precandidata refundidora bien colocada en la ONU, pese a que “nunca fue gaseada y nunca anduvo en las marchas”.
Pero su tiradera no se quedó ahí, porque también se acordó del mismísimo Mel, quien según ella fue quien negoció con sus amiguitos cachurecos la reciente liberación de Rocío Tábora pese a estar embarrada hasta las trancas. Y todo, como parte de lo acordado con los azulejos, que les avalaron la elección del fiscal general y antes la elección de la Corte Suprema. “Mientras a usted lo meten al mamo por robarse una gallina, a Rocío Tábora la dejaron en libertad”.
Asegura la profe Lilian, sin embargo, que nada de toda esa retahíla de mandracadas tiene que ver con Xiomara, pues no es ella la encargada de la verdadera agenda del Ejecutivo, así que “no sea bruto; doña Xiomara no negocia, no habla. Hasta los discursos se los hacen mal”.
Aun así, no se arrepiente de haberle dado el voto, pues la urgencia aquellos días era quitarle la guayaba a los cachurecos y sacar de su despacho al indómito; aunque reconoce que jamás imaginó que la jugada les saldría guaya, con una presidenta que ni siquiera ha sido capaz de cumplirle al magisterio, pues “los únicos que se benefician del sistema educativo son Casaña y su clan”.
En definitiva, que los agarró por contrato e hizo ticas con sus correligionarios, que sobradas muestras han dado ya de ser intolerantes a la crítica; menos aún si les llega de sus propias entrañas. Aunque eso a Lilian como que le vale chancleta, porque “si no cumplieron sus promesas en dos años y medio”, no lo harán en el tiempecito que les queda, y ella no le debe nada a nadie.
Y se los dijo en su condición de fundadora de las bases refundacionales en Atlántida cuando la refundación aún andaba en pañales, así que a quien se le ocurra chispear en su contra, que mejor relaje la axila, pues ninguno de los que ahora ven bueno todo lo que antes veían malo tiene la autoridad moral para rechistarle. Y fue a ellos a quienes recordó que los enemigos de la refundación no están afuera, sino que “los tienen adentro”, y esos no son otros que los “sobalevas del familión”.