CAMARONERA SANTA INÉS SE DESPIDE DE HONDURAS

El Grupo Santa Inés, una empresa española que durante 32 años cultivó camarones en las tierras calientes de Choluteca, ha decidido cerrar su capítulo en Honduras. ¿El motivo? Un giro diplomático que dejó al camarón hondureño sin pasaporte válido para Taiwán. Así es, lo que las relaciones internacionales te dan, las relaciones internacionales te quitan.

Antonio Cano, gerente general de Santa Inés, explicó que el negocio está “cerrado y quebrado”. Traducido al hondureño, eso significa que el barco camaronero se hundió sin chalecos salvavidas. Según Cano, la ruptura de relaciones con Taiwán no solo significó la pérdida de 12 fieles clientes, sino también la caída de su producción de camarón en más de 9 millones de libras en apenas un año. ¡De un océano de camarones a un charquito con apenas medio millón de libras!

El giro hacia China continental no fue precisamente un salvavidas para los camarones hondureños. Mientras el gobierno celebraba lazos con una de las economías más grandes del mundo, los clientes taiwaneses se despidieron con un “zaijian” definitivo. Ahora, los tipos de camarón que Santa Inés exportaba –entero y en cola con cáscara– son un recuerdo de tiempos mejores.

Camarones fuera, empleos también

La decisión no solo afecta a los camarones; también deja a 1,500 empleados entre fincas y la planta empacadora sin su sustento. Pero en Honduras, romper relaciones con un país no es problema cuando las consecuencias las pagan otros.

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