CÁLIX ZARANDEA A OCHOA
Chimadísimo salió el ministro Ochoa con la zarandeada que le pegó su camarada Jorgito Cálix, quien le urgó la llaga de tal manera que no le quedó más remedio al jefe de Finanzas que acudir a su vieja confiable: culpar a “la élite” de haberle envenenado la mente a su detractor.
Pero mentiras no le dijo el diputado, que afiló su lengua para nuevamente señalar los planches del oficialismo refundacional, que en su momento nombró a Marloncito como alta poporoila del Estuche cuando la hoja de vida del cipote apenas reflejaba media docena de sobresalientes en la universidad y un doctorado en la calle, donde ejerció su especialidad en piromanía.
Dijo además Cálix que razón tiene el cipote de andar despotricando contra los empresaurios, si es que en su vida había conocido una chamba hasta que la refundición puso toda la carne en el asador por él y su mujer, que también se fue en el combo.
Juntos, dijo Jorge, se vuelan más o menos 400 mil maracandacas, que de por sí son razón suficiente para agarrar a cargo al empresariado, que les guste o no es el que pone las chambas a las que gente como Marlon, por esas cosas de la vida, no aplica.