CALIX ARREMETE CONTRA LIBRE
A Jorgito Cálix ya habrá que empezar a contarlo como opositor en el Congreso, donde en la última sesión se le rumbó a la yugular a sus correligionarios, a quienes sutilmente restregó su hipocresía por haber pactado con cachurecos, con colorados y con el Diablo a cambio de ratificar a su fiscal.
Un reproche hecho sin miramientos, motivado por el resquemor que le sigue guardando a los suyos, a quienes recordó su reacción como auténticas perras de caza cuando el protagonista de los consensos quiso ser él al inicio de la legislatura, lo cual supuso un punto de quiebre entre los adeptos de la refundación, afines a uno y otro bando.
Les dijo Jorgito en las tapas que son todos ellos una sarta de lamebolas, que actúan como borregos ante el mandato imperioso de su amo el comandante, líder instigador de su causa pese a que durante 10 largos años le metió el lomo, fungiendo como la espada y el escudo del partido cuando juntos pastaban en la llanura.
Una tiradera cargadísima de razón y que, sin embargo y como era de esperar, encontró su réplica inmediata en Sarmiento, vocero de turno de la refundación, que por alusiones pegó el brinco para defender a sus amos, invitando a Jorge a no darse tanto color, pues según dijo, todo el alaraque que éste montó fue por sus aspiraciones politiqueras.
A la defensoría se sumó también Carlón, que le dijo al disidente que anda más perdido que el hijo de Lindbergh, echándole en cara haberse convertido en la ovejita negra de la refundación. Que ya tiene gracia que hable de descarríos quien estos días ha sido mencionado en el norte por su papelón en la coordinación del aterrizaje de narcoavionetas en el vasto Olancho, pero bueno.
Con semejante vergueo, el cisma abierto en la refundación está ya fuera de toda duda, y nada más falta por dilucidar para qué lado masca más la iguana, si para el del disidente Jorge o para el lado del oficialismo, capaz incluso de sentar en el Congreso al inmundo e inepto Redondo antes que a él.