CACHURECOS DE ANIVERSARIO
Los cachurecos estuvieron de manteles largos, celebrando sus 122 primaveras aunque con poco de lo que alegrarse, pues anda media cúpula estos días saliendo embarrada en travesuras varias, haciendo aún más pesada la carga que soportan en la llanura.
Son 122 vueltas al sol con muchas cosas para sacar pecho, pero que contrastan con los últimos tiempos, donde sus ovejitas negras han acaparado un protagonismo excesivo y seguramente no deseado, que ha puesto en vilo su mismísima existencia.
Han sido tantas las metidas de pata de sus capataces que, con la vulnerabilidad que trae consigo la llanura, los contrarios han decidido sacar sus tambores de guerra para hacer sonar la posibilidad de una ilegalización institucional.
Tampoco ayudan los reflectores puestos sobre su último gran líder, que se ahoga estos días en Nueva York entre una serie de relatos que podrían acabar hundiéndolo y llevándose de encuentro otra gran tajada de la imagen proyectada por su partido.
Pero cuentan los cachurecos con un aliado inesperado: los mismísimos refundidores de la patria, que aunque los tienen entre ceja y ceja, su inerte y negligente desempeño supone un espaldarazo para ellos, pues se han encargado estos, desde que agarraron la guayaba del poder, de demostrar que estábamos mejor cuando estábamos peor.