BILLETILLO FRESCO

 

UFFF, los Nipones dieron billete fresco y al Gobierno se le acelera el pulso porque tendrán pa seguir refundando, dicen ellos.

Con una rapidez que solo se ve en maratones de compras navideñas, el Congreso Nacional ha aprobado, con la dispensa de dos debates y por unanimidad, un contrato de préstamo entre el Gobierno de Honduras y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).

El préstamo es por un jugoso monto de 11,703 millones de yenes japoneses, a una tasa de interés del 1.6 % y 10 años de gracia. ¡Qué oferta, señores!

Este préstamo será destinado a la construcción de dos hospitales de trauma, uno en Tegucigalpa y el otro en San Pedro Sula. Ahora, la esperanza es que haya una verdadera supervisión y transparencia en el manejo de estos fondos.

Porque, si la historia nos ha enseñado algo, es que los dineros frescos tienen una asombrosa capacidad de desaparecer como por arte de magia, dejando al pueblo hondureño silbando en la loma, esperando los prometidos nosocomios que nunca llegan.

Pero aquí entra la duda mordaz: ¿quién vigilará que este dinero no se diluya en los siempre misteriosos procesos de construcción y administración? Porque en Honduras, el verdadero talento no está en construir, sino en hacer desaparecer los fondos en un abrir y cerrar de ojos. Ah, el arte del presupuesto evaporado.

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