¡BASTA YA DE IMPROVISACIÓN!

Resulta yuca abstraerse de la improvisación cuando la cabeza no te da para más, peor aun cuando la improvisación es ya una tradición con bastante arraigo, especialmente, entre la clase política catracha, que es la llamada a gobernar siguiendo un plan que en ningún caso parece existir.

Resulta yuca, sobre todo, cuando la improvisación va de la mano con la politización de todo lo habido y por haber, pues son los políticos catrachos una ‘rara avis’ que ve en el acierto ajeno una batalla que librar, aún y cuando el jodido sea el pueblo al que tanto dicen querer beneficiar.

Bueno fuera que existiese uno solo de ellos con el valor necesario para alzar la mano y llamar al diálogo para poner las barbas en remojo, apelando a la reconciliación nacional para empezar todos juntos a remar hacia un mismo objetivo, que no sea el que les sale de las nalgas.

Pero de esto, hasta ahora, solo ha habido cacareos de cara al público, sumisos ante las facciones más duras de su electorado, que a su vez no son más que la consecuencia de la ira estomacal con que se desenvuelven sus dirigentes.

Lejos parece haber una solución, o siquiera una esperanza de que haya una solución, pues sigue siendo Honduras un rancho donde manda más el color de una bandera que el bien común, pregonado con cinismo y reincidencia por quienes nada hacen para concretarlo

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