BARTOLO FUENTES DIJO UNA VERDAD

Que haya sido Bartolo Fuentes quien lo reconoció, ya da una pista para imaginar la pudrición que impregna las campañas políticas catrachas, donde según él, por mucho que los de la Unidad de Política Limpia (UPL) quieran controlar la vaina, se van chucos porque se ven avasallados con tanta mandracada y tanto mandraquero, ya que cuando se hace la ley también se hace la trampa.

Y razón tiene para creerlo, por extraño que resulte darle la razón en algo, ya que con los dos que tres gatitos que tienen enchambados, y los dos que tres pesitos que les dan de presupuesto, es humana, matemática y racionalmente imposible controlar todo el acontecer preelectoral.

Según el diputado refundidor, lo más que la UPL podría llegar a controlar, en el mejor de los casos, es “es el gasto en publicidad”, pero solo es, porque a los politiqueros también se les va la vida derrochando billete “en pagar gente y pagar activistas”, y ese es pisto que dan directamente en la mano, sin pasar por filtros bancarios ni pajas de esas.

Y eso, según él, que ni siquiera el que más bulla hace es el que más gasta, porque, aunque su matrona Rixi se la pase de arriba y para abajo en los helicópteros del Estado, “hay gente que derrama cantidades exageradas de dinero” sin necesidad de encaramarse a ningún cacharro de esos. Aunque su justificación, dicho sea de paso, vaya más apegada a lamer las suelas de la precandidata que a defender la verdad de lo que ocurre.

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