BARBAS EN REMOJO

Llega la Semana Santa ofreciendo revancha a los cristianos de corazón más podrido, de los que en Honduras hay hasta para llenar estadios o engrosar las filas de la burocracia, según para donde se mire.

Llega con el Domingo de Ramos marcando la pauta, para que luego no haya queja por falta de chances entre aquella catrachada de mente más perversa, que desde la playa más soleada hasta la oficina mejor acondicionada meten veneno a la causa común.

La mayor fiesta del catolicismo, sin embargo, ofrece redención incluso para ellos, pues tiene Dios esa manía de ser piadoso a cambio de muy poquito, aunque hay muchos que ni así se desmarcan de la mandracada.

Es la semana mayor, entonces, un rayito de sol en los tiempos de tribulación instalados con firmeza entre la catrachada, agobiada e impotente ante las movidas de los impuros gobernantes que, aun así, solo aprovechan la ocasión para despojarse de sus guajes, más no así de su actitud de creyentes vividores.

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