“AUMENTAZOS” REFUNDACIONALES A LA GARDUÑA
En el tercer país más pobre de Latinoamérica, los que nunca llegan a fin de mes arrastrando la lengua se cuentan con los dedos de una mano, y varios de ellos figuran en la nómina de las instituciones del gobierno de la austeridad y la refundación, donde embolsarse más de 300 mil maracandacas al mes no es nada del otro mundo, pese a que el salario mínimo apenas anda arribita de los 10 mil pesos.
Y todos ellos se concentran en apenas cuatro instituciones, tal es el caso del Banco Central, de Banadesa, de Banprohvi y de la CNBS, donde parece que es pecado que un salario baje de 150 mil pesos al mes. De hecho, la medalla de oro se la lleva una cría que labura en el BCH, que se embolsará 318333 pesos al mes a partir de la primera quincena de enero, tras recibir, oiga bien, un aumento de poco más de 17,600 a fin de año.
Estamos hablando de un gerente general con 30 años en el puesto, cuyos emolumentos contrastan un poco con los que recibe la mismísima presidenta del Banco, Rebeca Santos, que “solo” se embolsará 169,620 pesos a partir de este enero tras bajarse un 50% el sueldo cuando asumió el cargo en 2022, junto con Miguel Darío Ramos, el vicepresidente, cuyo caso es similar.
Pero la cosa, como decíamos, se extiende también a otras instancias como la CNBS, donde Marcio Sierra se envaina 308,405 pesos mensuales, tras auto recetarse un aumentazo de 26,485 pesos, o sea el 10%; y donde los directores cuyo salario era de 281,163 pesos pasará a ser de 297,695 pesos y 255,653 respectivamente.
Toda una grosería que acontece a vista y paciencia del que según el coeficiente de Gini también es uno de los países que integran el top 5 de los más desiguales de la región, y donde la cantidad de enchambados en las instituciones públicas llega hasta una insana cifra de 237,843 paracaidistas.