APÁTRIDAS ACUSA XIOMARA CASTRO

En un alarde de patriotismo puro, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha decidido que ya es hora de darle un nuevo significado al término “apátrida.” En un emotivo discurso, la mandataria dejó claro que ser un “apátrida” en su gobierno no es para cualquiera; se requiere una combinación especial de falta de comprensión y una inclinación peligrosa hacia la traición.

Todo comenzó cuando la jefa del Ejecutivo, quien recientemente había denunciado el acuerdo de extradición, salió envalentonada, declarando indignada sobre un supuesto plan en contra de su gobierno.

Según Castro, este plan es interpretado como ataques directos a la estabilidad del país. “Miren lo delicado que eso significa,” dijo la presidenta, en un despliegue de oratoria que dejó a todos preguntándose qué, exactamente, significa eso.

Castro también aprovechó para prometer al pueblo hondureño que no habrá “más golpes de Estado. Ese horror de que algo tan anacrónico y violento no volverá a ocurrir, claro tienen delirio de persecución.

“No hay otro pueblo más macho que el pueblo catracho del cual vengo yo.” Se escuchaba de fondo un conocido canto tradicional hondureño.

Pero la cosa no paró ahí. Luego vino el momento estelar del discurso: el anuncio de que no se permitirá el uso del instrumento de la extradición para intimidar a las Fuerzas Armadas. Porque, evidentemente, la extradición es una herramienta que solo sirve para chantajear a las instituciones más respetadas y sacrosantas del país.

En su lugar, la presidenta prometió seguir construyendo una Honduras de paz y unidad, en colaboración con el pueblo.

Finalmente, Castro dejó caer la bomba: “Yo sé que estas cosas no las entienden los apátridas” refiriéndose, por supuesto, a aquellos traidores que osaron entregar la soberanía del país a cambio de quién sabe qué. Los mismos que, según ella, no entendieron que Honduras tiene relaciones con países amigos, siempre y cuando estos amigos no se metan demasiado en los asuntos internos.

Y así, en un solo discurso, la presidenta Xiomara Castro logró redefinir el concepto de “apátrida,” convirtiéndolo en un título de distinción para aquellos que, por alguna razón, se oponen a su gobierno. Si algo está claro, es que en Honduras, ser un “apátrida” nunca fue tan exclusivo.

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