ANA PAOLA SIGUE DESHOJANDO LA MARGARITA

Volvió a aparecer la consejera Ana Paola Hall pidiendo “un tiempo prudencial” para resolver junto con sus dos colegas lo del orden de las presidencias en el CNE, que mantiene en vilo a toda una catrachada que ve detrás de las intenciones de Libre al querer imponer a Marlon Ochoa como jefe en 2025, su baza perfecta para doblegar la voluntad del populacho en las urnas en caso de que les salga guaya con los resultados.

Lamentó la representante colorada ante ese órgano electoral tener los ojos de todo un pueblo sobre su lomo, poniéndola como la juez que decantará la balanza a favor de uno u otro bando, que representan “posiciones totalmente antagónicas”, según dijo, en referencia a la cachureca Cossette López y a Ochoa, el susodicho Nerón refundidor, que por razones obvias jalan agua cada uno para su molino.

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“Si se vota por uno, el señalamiento del otro lado va a ser ‘fraude’; si se vota por el otro, el señalamiento del lado contrario va a ser ‘bipartidismo y fraude'”, analizó, y con justa razón. Aunque tampoco debería molestarse mucho, pues para eso le pagan y, además, nadie la mandó meterse en camisa de once varas por andar de indecisa.

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Acto seguido, y casi con lagrimones saliéndole de los ojos, cuestionó la complejidad de la situación, donde se espera “que una consejera en el interior del CNE defina de un lado o de otro el orden de las presidencias”; pero debe entender que así es como tiene que ser, pues en juego está la libertad democrática de todo un pueblo que teme acabar como Venezuela o Cuba, dada la afinidad de Ochoa con ambos regímenes autoritarios y antidemocráticos.

Aun así, pretendiendo rebajar la tensión, recordó Ana Paola que es una “liberal de familia”, y que por eso siempre escucha “los consejos que me han hecho desde el partido”, aunque “sin olvidar que parte del éxito del proceso es que no se le haga daño a ningún partido”. ¡Ay, ay, ay!