AMBULANTES Y MUNICIPALES SE SUENAN LAS TAPAS
Una vez más le traqueteó la pijería en el Parque Central de San Peter, donde se juntaron el hambre y las ganas de comer, con unos vendedores ambulantes que otra vez se pusieron el disfraz delincuencial para agarrar a pedradas y garrotazos a los chepos municipales, enviados al matadero por el Pollo Contreras.
La batalla campal se saldó con varios ambulantes detenidos y un par de municipales con las jachas destartaladas. Y todo por la incapacidad de diálogo de los propios vendedores y el alcalde, que días atrás mandó desalojarlos del parque, al que han convertido en un nido de suciedad y de actividades de dudosa ética.
“No permitiremos que el Parque Central siga siendo un centro de narcotráfico y prostitución”, denunció el Pollo, dando voz a la mayoría de los sampedranos, que ya identifican al parque, ubicado en el mero centro de la ciudad, como una especie de Sodoma y Gomorra contemporánea.
El zafarrancho fue el colofón a dos días de tensa calma que precedieron al desalojo, que tras ejecutarse devolvió al parque cierta cuota de su pasado esplendoroso, pero al que los comerciantes se niegan a renunciar, pues saben que tienen ahí una “minita” para ganar billete a costa de lo que haga falta.
Y es que en río revuelto ganan los pescadores, y uno de ellos como que es un tal Fredy Núñez, al que el Pollo denunció por tener acaparados más de 30 puestos, cobrando por cada uno de ellos una cuota mensual, lo que representa, sin duda, una actividad mafiosa en toda regla y a la que ningún alcalde se ha atrevido a meter mano.
Pero, aunque a Contreras lo asistan la razón y la ley, tampoco es que propone el hombre una alternativa a los ambulantes, a quienes solo quiere echar porque sí, sin ofrecerles un espacio para reubicarlos, tal y como pretendía hacer la administración cachureca anterior.
Esta propuesta consistía en construir varios mercados comunales en las salidas de la ciudad para despejar así el centro de buena manera, pero que quedó en el olvido tras la cachimbeada que les recetó el Pollo (o más bien su hermano) en las urnas. Un Pollo que, sin embargo, ahora solo ofrece garrote y nada más.