ALCALDE LIBERAL DE TEXIGUAT CONSUMA SU TRAICIÓN

En una bajada de calzón sin precedentes, Erick Mejía, el alcalde liberal de Texiguat, se puso en “modo nacha”, agarró la escoba y barrió el suelo para que pasara sin ensuciarse su majestad Rixi Moncada, que anduvo de visita proselitista en el oriente.

Semanas atrás el hombre ya había levantado ronchas entre el liberalismo más puritano, cuando por su propia cuenta se reunió con Mel Zelaya y salió después con la extraña idea de trazar una alianza con el partido de la refundación para hacer frente al enemigo común en los procomicios.

Sin embargo, pocos imaginaron que iba a hincar la rodilla tan tempranito, poniéndose a la disposición de la precandidata refundadora en un acto de servilismo reptiliano que contradice los dictámenes de la alta dirigencia de su partido.

“Recibimos con agrado la precandidatura de la abogada Rixi Moncada”, le dijo el hombre a su invitada, tomándola de la mano para alzarla junto a la suya al grito de “¡Viva el Partido Libre, viva el Partido Liberal!”, que seguro hizo pitar las orejas de más de uno de sus correligionarios.

Se confirma una vez más, por si había dudas aún, que en el partido colorado quien de verdad manda es la ingobernanza, reflejándose ésta en una penosa política de bisagrismo que se ha convertido en marca de la casa en una institución política que lejos está siquiera de aspirar a volver a ser lo que un día fue.

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