AL ESTILO ULTRATUMBA
En las horas previas al juicio de Juanchi en la Gran Manzana aún ha habido tiempo para una sacudida más, y esta llegó desde la tumba en la que guarda reposo eterno la mujer de Magdaleno Meza, que se despachó una verdadera narconovela con todos los ingredientes.
El relato póstumo de Erika Bandy, contado con pelos y señales al periodista gringo Jeff Ernst, tuvo lugar en 2019, cuando la susodicha estaba en el mamo acusada de “lavadora” y apenas unas semanitas después de que le dieran de baja a su marido en una de las cárceles de máxima seguridad erigidas por el propio Juanchi en sus años mozos.
Una baja, la de Magdaleno, que llegó precedida por unas narcolibretas que le encontraron a la propia Bandy y que embarraron de pies a cabeza a Tony, el condenado hermano de Juanchi, que cuatro añitos después también puede acabar embarrado y ahogado por lo mismo.
Pues bien, dijo Bandy al periodista gringo que Magdaleno conoció a los hermanos Hernández cuando el mayor de ellos andaba en campaña presidencial y paralelamente su hermanito buscaba una diputación. Una relación que empezó como un idilio.
El relato se entrelaza con la acusación de los fiscales gringos, que juran que Juanchi aceptó una millonada de “verdes” de sus compis narcotraficantes durante su campaña, a cambio de dar protección.
La relación entre Magda y Tony fue viento en popa, a tal punto que, según Bandy, éste ofreció a su esposo convertirse en alcalde o diputado, como compensación por su apoyo. Corría el año 2014.
Los pandos empezaban entonces a darse color, tanto así que la DEA llegó a incautarles un camioncito cargado con polvo blanco proveniente de Venezuela, lo cual los puso ojo al Cristo.
En el relato, Bandy recordó el fallido plan de su marido para hacerse pasar por muerto, pues en esos días, mientras viajaba junto a ella, fue enchachado en un retén montado por la PM del propio Juanchi, que se lo llevó para el mamo donde años después diría adiós a su vida a punta de bala y puñal.
Dijo Bandy que vio esa vez llorar a su marido, consciente del destino que le esperaba, pues oculto en algún rincón del carro en que iba fue que le encontraron las dichosas narcolibretas, que daban fe de pagos realizados a Tony y a un tal “JOH”.
A Tony lo enchacharon después, en 2018, por narco, cuando inocentemente andaba el hombre en Miami. En la acusación no se mencionaban las narcolibretas ni los vínculos de Tony con Bandy y Magda. Pero semanas más tarde, la justicia catracha reveló la conexión tras incautar algunos de los bienes de Tony.
En el mamo, Magda recibió varias visitas, una de ellas de otro hermano de los hermanos, que le recomendó no hablar con nadie, según dijo Bandy, cosa que éste aceptó a cambio de que lo sacaran bajo bajo.
El resto ya se sabe cómo acabó: Magdaleno acabó bajo tierra, Tony tras las rejas comiéndose una perpetua, y Juanchi anda dando los últimos coletazos previo al juicio del 12 de febrero, donde quién sabe cómo le vaya.