ÁGUILA NO MATA MOSCA
A falta de ética, honestidad y búsqueda del bien común, se han vuelto las redes sociales el lugar predilecto de la clase política catracha, pues desde ahí dizque gobiernan o dizque hacen oposición, según sea el caso, sin tener que moverse del sillón y arriesgar a que se les caliente la cerveza.
Y es en esas redes donde todos quieren brillar, aunque en ese afán algunos se den con la piedra en la jeta, tal es el caso de Kilvet Bertrand, el niño bonito de los cachurecos, que se enzarzó en una estéril discusión con Octavio Pineda, el niño bonito de la refundación.
Reprochó Bertrand a Pineda, por su condición de macho alfa de la SIT, que la carretera que va a pegar a Ocotepeque tiene ya más baches que el cutis del Primitivo Maradiaga, por lo que le puyó las cosillas en X para que meta su soberana mano en el asunto.
La petición, hecha en forma de denuncia, pero no como un ciudadano común sino como un político de medio pelo, recibió como contestación cinco emoticonos, que es como los millennials suelen responder a los problemas del día a día.
Águila-cruz-pistola-mosca-bostezo fue la enigmática respuesta del aludido, que a ojo de los expertos en semiótica contemporánea se interpreta como: “águila no mata mosca”, que es algo así como “me pela el eje”.