¿ A QUIÉN QUIEREN ENGAÑAR?
Como dice una famosa canción a quien quieres engañar si veo la verdad en tus ojos…
Esa melodía estaría bien aplicada para los mentirosos de Manuel Zelaya Rosales y su amigo el diputado Ramón Barrios, quienes tiran la piedra y esconden la mano.
Mientras Barrios, presentó una iniciativa encaminada en que las Fuerzas Armadas dejen de velar por la alternabilidad de la Presidencia de la República, una propuesta considerada por muchos como “globo sonda”, pero otros manifestaron su preocupación por semejante idea.
El parlamentario acentuó que “ninguna fuerza armada en Latinoamérica y las democracias serias del mundo le dan atribuciones políticas”.
Cuestionó: ¿garantizar las Fuerzas Armadas la alternabilidad en la reelección de Juan Orlando Hernández, pese a que la Constitución lo prohíbe?
Claro que no, al contrario, ellos que debieron garantizar la alternabilidad en el poder, han dado golpes de Estado, al doctor Ramón Villeda Morales, al doctor Ernesto Cruz y más reciente a José Manuel Zelaya Rosales.
Pero lo que muchos no esperaban era el cinismo del coordinador de Libre, aunque como dice la diputada Maribel Espinoza, con Mel todo puede pasar.
Don bigotes salió al paso a fingir que ni él ni su comandata Xiomara Castro, sabían de semejante iniciativa y menos que estaban de acuerdo.
De inmediato llovieron las críticas haciéndole ver a Mel que le está viendo la cara de tontos a los hondureños.
Pero el colmo es la respuesta que el parlamentario le envió a su coordinador, son buenos actores y cualquiera pensaría que se han subido al ring, cuando en realidad tras bambalinas todo es compadre hablado.
Barrios le dijo al comandante vaquero que no sea metido que “En mis actividades del Congreso Nacional yo no tengo que pedirle permiso a nadie por mis iniciativas, en todo caso yo represento a mis electores del departamento de Cortés”.
Citó que él es profesor de derecho constitucional en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en el norte del país, desde hace 25 años, y esta iniciativa ha sido un debate muy normal en la academia.
Hay que ser cínicos y creer que la gente es tonta para creer semejante teatro, sin duda los políticos se superan cada día.