MEDIDAS A LA DESESPERADA
Casi a medianoche salieron la comandanta Castro y sus lacayos del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad Nacional a dar la cara para anunciar una serie de 14 medidas que, según ellos, serán mano de santo para por fin pararle las patas a los malandros, que desde que la refundación agarró la guayaba se han apoderado de la escena ante la pasmosidad de los ilustres servidores de la patria.
Y si duda, entre los remedios destacó el de los militares, que no se irán a los cuarteles sino a las calles, pues ahí es donde los mandará Xiomi, a patulear toda la retahíla de pueblos del vasto potrero catracho para ver si por fin cumplen con su deber y le ponen un freno a tanto cagadal.
Pero también brilló con luz propia la idea de dizque construir de volada una cárcel en algún punto despoblado entre Olancho y Gracias a Dios, además del inicio de la licitación, dentro de apenas dos semanitas, de la construcción del presidio en las Islas del Cisne, para guardar en ambos metederos a todo el saco de pícaros que juran ellos que van a capturar.
El anuncio lo hicieron en cadena nacional tras una dilatadísima reunión previa que congregó a las altas poporoilas de seguridad y justicia, quienes con tono de misa religiosa fueron leyendo, una a una, cada una de las genialidades con las que juran que van a combatir de una vez por todas la criminalidad.
En otras palabras, toda la solemnidad del caso se debió a que por mucha casaca que han andado vendiendo, todos sus planes anteriores fracasaron con estrépito, por lo que ahora tocará experimentar con cosas nuevas.
Y es que las medidas también contemplan una modificación al Código Penal para tipificar como terroristas a quienes anden en según qué malos pasos, así como regular de una vez por todas la venta de chips telefónicos y bloquear en un plis plas la cobertura de señal telefónica en los presidios. Todo ello junto y vendido como novedad, como si no fuese más de lo mismo, cuyos pésimos resultados saltan a la vista.
En fin, que la dichosa cadena fue un calco de la majadería que todos ya conocemos y cuyos resultados han estado lejísimos de siquiera asomarse a un nivel de aceptabilidad entre una catrachada que está ya curada de la paja.
Y así quedan las “medidas radicales” avisadas en la víspera, sin una sola idea que haga creer que de verdad hará una variación en sentido favorable. Y mientras tanto, ya solo quedará esperar más pan y circo, que de eso bien saben ellos que se sacia la sed y el hambre de este pueblo