APAGONES, UNA SOGA AL CUELLO

Nadie se salva de los apagones soberanos, que han venido a poner la soga en el cuello de una economía catracha que ya andaba tambaleándose desde antes con tanta gente deschambada por culpa de las cuestionables decisiones emanadas del Ejecutivo.

La cosa es especialmente yuca en el Valle de Sula, que es donde más se mueve el billete y donde la cerrancina de negocios es peor, porque con apenas 3 o 4 horas de energía al día, a los comerciantes se les reduce el tiempo para comerciar y no todos ganan tanto como para instalar plantas eléctricas.

Tal es el caso de la inmensa mayoría de mipymes, que son las más jodidas con todo el desbarajuste, pues cuentan ya las pérdidas a razón de más o menos 10 milloncitos al día, sin que desde el flamante gobierno refundidor les envíen siquiera mensajes de consuelo.

Pulperías, mercaditos, minisúpers o salones de belleza; todos acaban sintiendo la inclemencia de los apagones, como si de un zapato presionándoles el pescuezo se tratase, pues ninguna economía es capaz de sobrevivir a tanto, por más que lo intente.

Pero nada de eso parece importar en las instancias gubernamentales, donde a fuerza de repetir sus mentiras han acabado creyéndoselas, porque según los genios de la ENEE todo permanece bajo control y nada más falta que llueva para que esto vuelva a ser un paraíso.

“Estamos haciendo todo lo posible por mejorar la oferta energética”, repiten insistentemente desde la CREE, excusa que además de carecer de imaginación solo sirve para poner a hervir los nervios de una catrachada que se está malacostumbrando a vivir “de toque”.

Y es así como quizás pretenden refundar al país, llevándolo al límite mientras se rascan el ombligo y señalan los fallos que deberían estar solventando; porque ya se sabe que la culpa nunca es de ellos sino de la vieja confiable: los 12 años de narcodictadura.

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