VIVIR EN LA NUBE… TÓXICA
¡Atención, habitantes de Tegucigalpa! Si alguna vez soñaron con vivir en una nube, hoy es su día solo que no de suerte, sino de peligro. La capital de Honduras amaneció envuelta en una densa capa de humo que rivaliza con los peores días de smog de las grandes metrópolis.
Los incendios y otros maravillosos factores de contaminación han hecho de la calidad del aire algo tan malo que ha sido catalogada como «peligrosa». ¿Qué tal un respiro de aire puro? Mejor espere sentado.
Los expertos, siempre con su dedo en el pulso de la salud pública, recomiendan el uso de mascarillas para mitigar los efectos de respirar este aire que representa un verdadero peligro . Así que desempolve esas mascarillas de la pandemia, que nunca pasan de moda.
Los recientes incendios en la periferia de la ciudad han contribuido significativamente a esta situación. Aunque, no hace muchos días, los optimistas pudieron ver un cielo azul que no se veía desde hace semanas, Tegucigalpa ha vuelto a un estado de bruma densa. Visibilidad baja y habitantes tosiendo por doquier.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) había bajado las alertas, en un ataque de optimismo. Sin embargo, la calidad del aire sigue siendo tan alarmante que hasta los sitios especializados como IQAir tienen problemas para describirlo: «peligroso» parece quedarse corto.
Mientras tanto, la Secretaría de Gestión de Riesgos informó que en las últimas 24 horas se detectaron cuatro puntos de calor al este del Distrito Central. La estabilidad atmosférica actual está provocando que nuestra querida nube tóxica permanezca cerca del suelo, haciendo de cada respiro una ruleta rusa para la salud.
Las autoridades, siempre preocupadas por nuestro bienestar, instan a los residentes a continuar con las medidas de prevención, como el uso de mascarillas. Eso para evitar una buena bocanada de aire contaminado.
El doctor Omar Videa ha emitido una seria advertencia sobre el peligro de exponerse al aire libre en Tegucigalpa. Al parecer, estamos viviendo un índice de contaminación tan alto que hasta las palomas están pensando en mudarse.