¡COMIENZAN LAS EXPROPIACIONES!
Al más puro estilo de la decadente Venezuela bolivariana, el gobierno refundador de Honduras no anduvo con babosadas y asestó un durísimo sopapo a una tal BELCO, empresa que, pese a no ser una perita en dulce, suministró durante 38 añazos la energía eléctrica en Guanaja, y que hoy debió ahuecar el ala por orden expresa de la SEN de Tejada, mandadero del castrozelayismo en temas energéticos.
Con semejante tamal, queda aún más claro que a los refundidores ya no les importa disimular para salirse con la suya, pues parece que decidieron poner toda la carne en el asador y arremeter sin vacilaciones contra la mentada empresa, que, dicho sea de paso, es propiedad de David Castillo, que purga condena de 22 años en el mamo por su autoría intelectual en el caso de Berta, la ambientalista lenca.
Que, si es por ahí que van los tiros, mejor que lo digan sin casacas y y uno más o menos se va haciendo una idea más clara del asunto, aunque quien sabe si eso ajuste para justificar lo hecho. Pero bueno, la cosa es que la mentada intervención se da en plena temporada de apagones, un cagadal que ha expuesto nuevamente la ineptitud de los conserjes de la ENEE, que aprovechando la jugada se autoimpusieron como los nuevos mandamases de la distribución energética en la isla. O sea, patada y mordida.
Aseguran por su parte los agraviados, con una altura moral más que dudosa como consecuencia de los antecedentes previamente citados, que no hay tales de intervención, pues se trata de una expropiación en toda regla, hecha con alevosía, pues la excusa de la SEN es que ellos no renovaron su licencia de operaciones pese a que ellos juran y rejuran que se las solicitaron tres años seguiditos y los refundidores nunca les pararon bola.
Y ante tal escenario es que procedieron estos a confiscar los bienes de la empresa, que ya avisó que de brazos cruzados no se va a quedar, pues su siguiente jugada será elevar sus quejas a las instancias internacionales, para ver si desde afuera les hacen el milagrito de devolverles el chunche.
Pero más allá de los entresijos de la movida, es la de BELCO la primera expropiación con sello refundacional, cuyos caudillos parecen dispuestos a todo con tal de emular los pasos de sus mentores bolivarianos, aun sabiendo los cagadales en que pueden resultar sus decisiones, que inevitablemente empujarán a Honduras un poquito más al abismo al que desde hace tiempo se ha estado asomando.