REDONDO SALIÓ MALCRIADO
Malcriadito le salió Redondo a la embajadora gringa tras haber opinado ella sobre el mentado Tribunal Constitucional que el conserje de LIBRE en el Congreso anda queriendo meter bajo bajo por orden de su amo Mel. Que se la pescocean sus palabras, le mandó decir.
Se nota que dé a poquito fue el conserje adquiriendo las mismas mañas de sus camaradas hasta convertirse en uno más de la camada, pues su reacción es la típica respuesta que establece el manual de la refundición: que consiste en calificar de “injerencia” todo aquello que les llegue de un extranjero y no comulgue con sus turbios intereses.
Y es que en modo soberbio le reprochó a Dogu su opinión, pues argumenta que nunca se ha entrometido él en los asuntos gringos. Y en eso algo de razón sí que lleva, porque sigue sin abrir las tapas sobre la citatoria del 21 de mayo que le hizo la justicia del tío Sam, por andar de cara dura sin pagar la manutención de la niña que tiene en el norte con la joven Alejandra Bustillo, artífice del justo reclamo.
Aunque la zafada de tapas del conserje tiene más que ver con los lineamientos dictados por sus patrones en el Ejecutivo, donde mandan afear toda opinión de la diplomática gringa, por mucho que esté ella en todo su derecho de hacerlo, pues entienden quizás que así y solo así es que irán calando hondo en el corazón de su borregada, tan predispuesta a respingar según el dictado de sus caudillos, sin siquiera poner a trabajar el sentido común.