EL COMUNISTA MEL, EL FASCISTA NASRALLA
Los fascistas y los comunistas deben estar retorciéndose en sus tumbas cada vez que les llega un fax de Nasralla o de Mel acusándose mutuamente de pertenecer a uno u otro bando, como si la cosa fuera así de sencilla y al molote.
Y es que sigue abierta la guerra dialéctica entre ambos personajes del folclor catracho, que no dejan pasar cámara y micrófono sin aprovechar la coyuntura y mandarse recaditos que son mutuamente correspondidos, como si no se tuvieran agregados en WhatsApp.
El último en apuntarse un tanto fue el señor de la tele, que, en su hábitat natural, junto a Renato, respondió a su contraparte, señalándolo de “comunista” tras la afrenta previa del comandante vaquero durante la marcha del 1 de mayo, cuando lo llamó “fascista”.
Toda una demostración de visión estratégica, inteligencia emocional y buen hacer político por parte de ambos, que recuerde usted son los llamados a llevar la batuta de este cagadal de país en los años por venir.
Aunque siendo Nasralla como es, su tiradera contra el comandante no se iba a acabar ahí, pues aprovechó la coyuntura para remarcar por dónde cojea la refundación, comenzando por el molote que se tienen montado en los consulados, donde dijo que estafan a la catrachada con el cobro de simples trámites.
Pero también atizó la honorabilidad del comandante, poniéndola en duda a raíz de la bateada que dice que éste le dio a lo acordado conjuntamente, cuando decidieron darle viento a una alianza pajiza para derrocar al indómito graciano.
Y así se la llevan, como perros y gatos, tirándose calificativos como quien riega confites a la garduña en un cumpleaños infantil, peleándose por la última pachicleta y esperando que el otro escupa primero para soltar el consiguiente sopapo.