DIFERENCIA ABRUMADORA Y SONROJANTE

Mientras Bukele sacudía y extiendía la alfombra roja para la inauguración de las oficinas de Google en su patio, del otro lado del cerco su colega la comandanta Castro estaba más pendiente de dónde y cuándo inaugurará su siguiente cancha.

Una diferencia no tan sutil, capaz por sí sola de sonrojar a cualquiera que posea el mínimo requerido de materia gris y que no esté cegado por la venda de la refundición, que, teniendo el mejor ejemplo a tiro de piedra, opta por seguir gobernando con ideas propias del siglo 15.

Y es que cada vez resulta más difícil encontrarle una explicación lógica al por qué a la catrachada le tocó lidiar con la clase política más inepta, incompetente y majadera de la cuadra, que ya es mucho decir.

Basta con alzar la mirada y mirar sobre el cerco para darse cuenta de que nos tocó bailar con la más fea (sin el ánimo de ofender a la comandanta), ya que el contraste entre ambos lados de la frontera es de por sí un bochorno de dimensiones épicas.

Sin embargo, los refundidores ni se inmutan, pues para ellos no hay más verdad que aquella que va de su diente al labio, pues ante la evidencia siguen siendo incapaces de reconocer el acierto ajeno y las cargadas propias.

Y señales de esperanza tampoco las hay, porque los cambios siempre inician y emergen de la cabeza, cosa que entre los refundidores de la patria se usa poco, quizás porque para cortar cintas en las soberanas canchas inauguradas tampoco es que sea tan necesario. Que Dios nos guarde.

Share via
Copy link