MAURICIO RIVERA QUIERE SER ALCALDE

Tremenda joyita mandarán los refundidores de la patria a competir por acapararse la guayaba de la alcaldía de Choluteca, donde con un poquito más de descaro mejor hubieran puesto como precandidato a Bin Laden.

Mauricio Rivera, el revoltoso diputado oficialista, será el principal abanderado que los refundidores mandarán a pelear por llegar a la comuna de la sureña ciudad, presentando como credenciales todo un historial incendiario y casi delictivo que a buen seguro enorgullece a sus valedores.

Peleará el hombre por la guayaba tras haber hecho los méritos necesarios que, al parecer, exige el oficialismo a sus postulantes, pues es el honorable un sinónimo de cutre ostentosidad y en su bagaje brilla con luz propia una acusación por daños, tráfico de influencias y perturbación del orden.

Toda una retahíla de puntos álgidos que el hombre ha sabido aderezar luciendo su Rolex y montado a bordo de su Prado, en la que se mueve de acá para allá con la superioridad moral de quien llegó a la cúspide a cambio de pasarse las leyes y la decencia por el forro de los huevos.

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