COMPROMISO A REGAÑADIENTES

Tuvieron que apretarla su buen rato los garífunas que anduvieron patuleando las calles por su 227 aniversario, pues llegaron a Presidencial a exigir a la refundición que se pusiera brasa con los fallos emitidos por la CIDH a su favor.

Y la apretaron, en principio, porque los aludidos se les estuvieron haciendo los papos, desentendiéndose del clavo, hasta que apareció en escena el comandante vaquero, que se robó el show dejándose hasta masajear las patas.

Como telón de fondo estaba el Congreso, donde el hombre les prometió el oro, el moro y la instalación de la enésima comisión nombrada por los refundidores, cuya tarea será la de darle trámite a las sentencias, para gusto y regusto de Triunfo de la Cruz y Punta Piedra, los pijalillos beneficiados.

Un compromiso adquirido a fuerza de huevos, pues por iniciativa propia la refundación no hubiese movido un dedo. Excepto el comandante, que supo oler la sangre para de ahí sacar provecho u ponerse la 10.

Video cortesía;

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