ELIUD, PANCISTA A LA CARTA
No se arrastra más porque quizás no encuentra más suelo para hacerlo. Ahí anda Eliud Girón, todo fresco, alabando las infinitas bondades que según él acarrea la decisión de subirse a la rixineta, como si nadie lo tuviera ya guachado, pues no hace mucho hacía lo mismo con el antagónico Jorge Cálix.
Que no hay que complicársela, anda diciendo, pues tiene Rixi Ramona acaparado el 80% del electorado refundidor, según su calculadora oficialista, que tiene la capacidad de reconvertir las voluntades en votos para su causa, aunque no se tenga fe en ella.
Se la sopletea al sapo diputado pancista que tiempo atrás su discurso fuera a la inversa, apelando a la amnesia selectiva con que se mueven los apoyos en la política catracha, que es capaz de inflar lo que sea a su conveniencia.
Y es que es la suya una lealtad a la carta, donde su amo de turno moldea su discurso para soltarle la cuerda y que se eche al monte a pregonar son su vocería, que se ajusta perfectamente a los parámetros del mejor postor.
Qué lejos parecen ya los días en que sus arrastradas lo llevaban a otro pórtico, donde al menos no era visto por encima del hombro. Pero ya se sabe que mal paga el Diablo, y en esas el hombre se las sabe todas.