RIXI SACA LAS UÑAS CONTRA LA PRENSA

 

En un reciente evento político, la precandidata presidencial del Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, desplegó su arte de la retórica satírica al acusar a la prensa hondureña de ser cómplice en un complot digno de un thriller de conspiraciones.

Con gesto dramático y una pizca de paranoia, Moncada exhortó a sus seguidores a mirar con desconfianza sus televisores y radios, como si fueran dispositivos de espionaje del enemigo.

Con un tono que mezclaba la seriedad con el melodrama, Moncada atacó a las “corporaciones mediáticas”, acusándolas de bombardear a la población con mensajes negativos sobre el gobierno, mientras ocultaban convenientemente los desastres perpetrados por la “dictadura bipartidista”, esa versión hondureña de los malos de película que nunca pasan de moda.

Claro, según Moncada, la culpa de todo lo malo que ha sucedido en Honduras en los últimos años no recae en los políticos corruptos ni en las fallas sistémicas del gobierno, ¡no! La verdadera culpable es la prensa, esa malvada maquinaria de desinformación que, según ella, convierte cada noticia en un capítulo de un culebrón digno de un Emmy.

Con una maestría en la manipulación de la ironía, Moncada se burló de la idea de que las reformas constitucionales pudieran lograrse sin tener que estar “sabaneando diputados”, insinuando que el pastoreo político es una práctica común en los pasillos del Congreso.

¿Un Congreso fuerte? ¡Por supuesto! Pero solo si es fuerte en la medida en que apoye el “proyecto revolucionario” que, según Moncada, es como una secuela de una película de ciencia ficción: “La Instauración de las Bases del Modelo Socialista Democrático: Parte II”. Y seguramente también leyes que sirvan de mordaza a la malvada prensa.

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