“ES PAJA” LAS PARTIDAS CONFIDENCIALES
Bueno, eso es lo que dicen desde Casa Presidencial, en respuesta a las acusaciones del diputado cachureco, Nelson Márquez, quien señaló que desde el 2022, a través de un PCM, se establecieron dos partidas confidenciales por el orden de 17 mil millones de lempiras.
Una obscena y atractiva cantidad para hacerle ojitos a cualquiera. Fue la Secretaría de Estado en el Despacho de la Presidencia quien desmintió, de forma categórica, administrar partidas presupuestarias confidenciales, como lo dijo el sub jefe de la bancada del Partido Nacional.
El pobre y nada convincente comunicado emitido por el gobierno, señaló que todas las actividades y presupuestos están sujetos a la más “estricta” transparencia y rendición de cuentas y que “el presupuesto asignado por el Poder Ejecutivo a la Secretaría de la Presidencia es público y claro en cada objeto del gasto, y está sujeto a la veeduría ciudadana, como lo exige la ley”. Paja hombre.
Según la denuncia, las dos partidas confidenciales son manejadas por el familión, una es para la presidenta Xiomara de Zelaya y la otra para su hijo, Héctor Zelaya. Este es un secreto viejo, pasa en cada gobierno. Y ellos no son nada papos para renunciar a este bonito y merecido beneficio. Que lindo estar en el poder.
Son rumores, son rumores, reiteró el gobierno en el comunicado: “estas afirmaciones son falsas y pretenden confundir a la ciudadanía, desinformar y poner en detrimento la imagen del Gobierno de la República, ya que no existe ningún PCM que autorice la administración de partidas presupuestarias para esta institución.
El documento, aclaró que el secretario privado de la presidenta “no ejecuta ningún tipo de presupuesto”. Por lo que, en alusión al tema, el secre respingó, con una publicación en su cuenta de X: “aclaro: no nos interesan las prácticas corruptas. No hay ninguna partida, ni presupuesto, ni caja chica, que se administre en el despacho del secretario privado, además, desde un inicio del gobierno decidimos quitarle el rango de Secretario de Estado al despacho del secretario privado y no cobrar salario”. Mejor que se cante una de vaqueros olanchanos como el papá.
