HACIÉNDOSE LOS CHANCHITOS CON RENUNCIA
Ah, qué gesto tan noble de la presidenta Xiomara Castro al solicitar la renuncia de sus funcionarios si tienen aspiraciones políticas. Claro, es un verdadero ejemplo de integridad… bueno, al menos en teoría. Porque parece que los altos cargos están tan dispuestos a renunciar como un gato a entregar su trono de la caja de arena.
Lo más seguro es que esos funcionarios seguirán en sus puestos haciéndose los chanchitos, hasta que el gobierno termine. Ni que fueran dundos pa renunciar, es como si dijeran: ¿Renunciar? No, no, no. Seguiré aquí calentando la silla mientras planifico mi próxima jugada política”.
Y bueno, ¡qué sorpresa! Algunos subalternos sí tuvieron el valor de presentar su renuncia. Aplausos para ellos. Aunque, claro, no son los que tienen el poder de influencia, ¿verdad? No, esos siguen aferrados a sus asientos como si fueran los últimos boletos en el concierto de un famoso.
Ah, pero como premio de consolación para la mandataria, parece que algunas presentaron sus declaraciones juradas. ¡Casi la totalidad! ¡Qué eficiencia! Bueno, al menos en comparación con el manejo de las renuncias. Quizás deberíamos felicitarlos por completar una tarea básica de transparencia.
Al fin, la política hondureña sigue su curso, con sus acrobacias de hipocresía y sus malabares de corrupción.