IGLESIA SE ACUERDA DE LAS MUJERES
Mujeres salieron a bailar. Al concluir la semana mayor del catolicismo, es importante destacar algunos hechos importantes para la lucha de las mujeres en el mundo. No fueron invisibilizadas por la iglesia en sus pregones de la Semana Santa, más bien salieron a bailar y fueron destacas en el sermón y actos litúrgicos.
Como el Lavatorio de Pies, donde el Sumo Pontífice, como máximo jerarca de la Iglesia Católica, decidió, por primera vez, lavar, secar y besar los pies a 12 mujeres privadas de libertad en la cárcel femenina de Roma. En el sermón el Papa Francisco dijo “todos tenemos pequeños o grandes fracasos, todos tenemos una historia, pero el Señor nos espera siempre con brazos abiertos y no se cansa nunca de perdonar”.
Un gesto de humildad del mero, mero, que fue aplaudido por las prisioneras. Y celebraron que la Iglesia se acordara de ellas, de forma simbólica. Por suerte las reclusas ya sabían de su visita y se bañaron antes para no estar apestosas. En Honduras les apedrean los pies a muchos, incluso los de saco y corbata. Y nadie es “papo” para andar besando patas jucas.
También en Honduras, la Iglesia Católica, durante el Santo Viacrucis, se acordó de las mujeres. El arzobispo Vicente Nácher hizo un llamado para no ser indiferentes a nuestros hermanos indefensos, como las mujeres y los migrantes: “haz que las mujeres sean fuertes ante el sufrimiento, el rechazo y la prueba, que jamás dudemos del amor de tu hijo como lo hiciste tú, enséñanos madre a tener una fe inquebrantable”.
El arzobispo de Tegucigalpa agregó: “que la mujer sea dignificada, respetada y amada en el todo el mudo que lleguen a ocupar el digno lugar que tú quieres para ellas”. Sobre todo, en este país machista, donde las mujeres cargan la cruz de la violencia doméstica, los femicidios y la indiferencia del gobierno, presidido por primera vez por una mujer. Vale más.