UN ASESINO EN EL GOBIERNO
A nadie en su sano juicio extraña que vaya Honduras como el culo, con semejante nómina de funcionarios reclutados por un gobierno refundacional que más parece un refugio para lo peorcito del patio; una especie de ‘dream team’ de la marrullería.
Que se lo pregunten, si no, a Miguel Navarro, exdiputado y actual capo del Programa de Reducción de Pérdidas de la ENEE, a quien acaban de clavar en el mamo por haber mandado a quebrarse el año pasado a un ingeniero subalterno suyo en la capirucha.
Una movida bien montada que le salió por 150 mil pesos, aflojados religiosamente a tres sicarios que, habiendo completado el trabajito, se pelaron el naipe de la escena a bordo de una Prado con placas del Parlacen, asignada a la inmune mujer de Navarro, paraca de la refundación ante ese elefante blanco.
Y así va la cosa, con todos ellos montados en la mula y con la guayaba bien agarrada, esquivando la legalidad como buenamente pueden, con toda una constelación de asesinos, maltratadores, corruptos y cínicos de alta gama, que raro resulta más bien que a estas alturas no sea Honduras la versión mestiza de Haití.
A Navarro, mientras tanto, lo que le queda es rascársela en el mamo, esperando su primera audiencia con el calorcito de la Semana Santa, que está a punto de fuego, y con la frustración de que todo le salió guaya pese a haber hecho su mejor esfuerzo, pues en su día y en un acto de sumo cinismo, hasta firmó el hombre el acuerdo de duelo de su víctima.